¿Quién escucha al que siempre escucha?
Analizar, aconsejar y cambiar una vida. Eso significa ser
terapeuta, escuchar a quien esta pasando por un momento difícil y oscuro,
ofreciéndole un camino para sanar. Pero detrás de esta fortaleza, pocos
imaginan la vida de estos guías.
Ellos, al igual que todos, también enfrentan desafíos,
dudas y días difíciles. En muchos casos también necesitan ayuda para mantener
su propio bienestar mental.
Aunque esto sea contradictorio, los terapeutas tienen una
doble vida; una en la que escuchan y ayudan a los demás, y otra donde deben
lidiar con sus propias batallas internas, como el desgaste emocional que
implica ayudar a otros.
Éticamente, estos profesionales deben reconocer sus limitaciones,
buscando ayuda como otro cliente. Sin embargo, tienen que ser cuidadosos con lo
que cuentan por su código de ética, lo que obstaculiza este desahogo mental.
Al final del día, la vida de un terapeuta no es un secreto,
pero sí un recordatorio de que todos merecen ser escuchados. Saber esto es un
paso más para entender que la salud mental es importante incluso para quienes
trabajan por ella.
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