¿Por qué un policía no puede llorar?


Desde hace más de un siglo, la imagen de un policía como un hombre fuerte e intocable, siempre dispuesto a correr cualquier peligro está profundamente arraigada en la sociedad.

Esta idea forjada por décadas de múltiples representaciones culturales y mediáticas ha construido un “ideal” que dificulta que diversos profesionales reconozcan y expresen sus vulnerabilidades.

La cultura machista, que permea en múltiples situaciones cotidianas, incluyendo las fuerzas policiales fomenta ideas en donde los hombres deben tener control en sus emociones, y reprimir cualquier signo de debilidad.

Sin embargo, esta realidad causa consecuencias destructivas en la salud mental de los policías, quienes a diario sufren y se enfrentan a situaciones de mucho estrés y violencia que los hacen ocultar sus emociones y negarse a buscar ayuda.

Debido a lo anterior, los policías se exponen a desarrollar trastornos como depresión, ansiedad y estrés postraumático. Reconocer a la salud mental es lo más importante para acabar con esta estigmatización.


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